Las nuevas generaciones y los cambios en la movilidad

Las nuevas generaciones y los cambios en la movilidad

 

La compra de coches por parte de los más jóvenes está descendiendo y el motivo no es otro que para estas nuevas generaciones el coche en propiedad no parece ser una de sus principales prioridades.

Cuando hablas con los Millennials y la Generación Z nos encontramos con que, para ellos, la importancia de conducir, e incluso de disponer del permiso de conducir, no es tan atractivo. En los últimos 10 años, las solicitudes de permiso de conducción, datos de la DGT, descienden hasta en un 50%. Para ellos lo atractivo es poder desplazarse eficazmente y, hoy, tienen múltiples alternativas a su alcance.

Nosotros crecimos creyendo que tener un coche era una parte crucial de la vida, algo que era imprescindible si queríamos tener éxito al tiempo que una ocasión de sentirnos más dueños de nuestro destino. El carné de conducir era un peldaño más en nuestro camino a la madurez.

Y los motivos para este cambio pueden ser múltiples y variados, aquí intentaremos desglosar algunos:

El coche es un activo que se deprecia nada más comprarlo y la inversión nos es baladí. Muchos se preguntan por qué dedicar una parte significativa de sus ingresos a algo que no es imprescindible para sus necesidades ya que hoy disponen de múltiples opciones para obtener resultados similares. Además, se añade el hecho de que la renta disponible cada vez más debe ser dedicada a vivienda, comida, educación, en definitiva, a elementos de primera necesidad.

La obsolescencia. La tecnología cambia cada vez de forma más rápida, haciendo que lo que ayer era lo mejor hoy ya se haya visto superado por un nuevo modelo, nueva tecnología, etc. Y como decíamos en el punto anterior, la adquisición de un coche es una inversión considerable. Si me acojo al pago por uso siempre podré usar aquello que sea más novedoso. Y eso, para estas generaciones es de suma importancia.

La existencia de alternativas dispares y adaptadas a las necesidades de cada individuo se multiplican. Hoy en día, y a través del móvil, disponemos de múltiples opciones para movernos en coche o en transporte alternativo (car sharing – ride hailing – subscripción fija – subscripción múltiple) como motos, bicicletas, patinetes, VMP’s y más.

¿Por qué preocuparse de los problemas que acarrea la propiedad de un coche o de un medio de transporte? ¿Dónde lo aparco?, ¿Cuánto me costará el seguro?, ¿Y si me lo roban?, ¿Y las averías?, ¿Y el coste del mantenimiento? Y todo ello para un activo que permanece sin uno alrededor del 94% de su vida útil. ¿No es más sencillo olvidarte de todo eso y utilizar las alternativas existentes cuando te haga falta desplazarte? 

¿Es divertido conducir? En la mayoría de las ocasiones en las que utilizamos nuestro coche no es por diversión, en realidad es una tarea. Y las generaciones recientes lo tienen más claro todavía, el objetivo es ir del punto A al punto B, la diversión o el trabajo es lo que nos espera en el punto B no durante el trayecto.

El tráfico tampoco ayuda. En casi todas las grandes aglomeraciones urbanas la congestión y el espacio dedicado al coche son terribles y por lo tanto la conducción se vuelve exasperante. ¿A quien le gusta estar parado en un atasco?, ¿A quien le gusta el sonido de los cláxones, en su mayor parte de inutilidad manifiesta?, ¿A quien le gusta el nivel de agresividad y stress que se ven con frecuencia en cualquier carretera, rotonda o autopista?

Conciencia ecológica. La última generación es consciente de que la polución es un problema creciente y los coches de combustión, y más considerando que el 60% van con un solo ocupante, uno de los principales causantes. Por supuesto la evolución en el parque automovilístico, en lo que a niveles de emisiones de gases contaminantes se refiere, ha sido impresionante pero todavía sigue siendo un problema. Y por otro lado está el problema de la congestión, la ocupación del espacio de una forma desproporcionada. Los vehículos eléctricos solucionan parte del problema relativo a la contaminación, a pesar de que casi nunca se habla de la polución generada para la fabricación de estos, pero, insisto, no soluciona el espacio.

En definitiva, las enormes opciones existente hoy, y que seguramente serán un juego de niños comparado con las posibilidades de aquí a unos años, unidas a la mayor conciencia social en relación a la sostenibilidad empujan a un cambio paradigmático en nuestros hábitos de movilidad, de las herramientas de dicha movilidad (mucho más multimodal) y de cómo nos relacionaremos con ellas ya que no hará falta tener un coche, una moto, una bicicleta, para poder usarla cuando queramos y adaptada a nuestras necesidades.